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| Miembros del equipo de producción descubriendo oportunidades y probando soluciones durante un Kaizen. Fuente de la imagen: Tim McMahon |
Un elemento esencial del pensamiento Lean es el Kaizen.
Kaizen es la palabra japonesa que significa “buen cambio” (Kai = cambio, Zen = bueno) o cambio a mejor. Es una herramienta de mejora continua para hacer el trabajo más fácil, seguro y productivo estudiando un proceso, identificando los residuos y aplicando pequeñas mejoras incrementales que garanticen la máxima calidad.
El pensamiento kaizen se basa en realizar pequeños cambios de forma regular: mejorar siempre la productividad, la seguridad y la eficacia, reduciendo al mismo tiempo los residuos. La filosofía occidental suele resumirse en “si no está roto, no lo arregles”. Sin embargo, la filosofía Kaizen consiste en “hacerlo mejor, mejorarlo, mejorarlo aunque no esté roto, porque si no lo hacemos, no podemos competir con los que sí lo hacen”.
Muchos líderes empresariales imaginan las iniciativas Lean como esfuerzos masivos que requieren largas sesiones de formación, grandes reuniones y revisiones completas. Sin embargo, la realidad es que algunas de las iniciativas Lean de mayor éxito comienzan con el compromiso de crear una cultura centrada en pequeñas mejoras continuas. Es la única forma de lograr el éxito a largo plazo.
El kaizen implica a todos los empleados, desde la alta dirección hasta los operarios. Se anima a todo el mundo a proponer mejoras con regularidad. No se trata de una actividad que se realiza una vez al mes o al año. Una vez que normalizamos esta forma de pensar, desaparece la falta de cualquier tipo de evento. El objetivo final es una cultura de observación continua de los procesos con la vista puesta en la mejora.
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